domingo, diciembre 19, 2004

Consulta

QUIENES tuvieron la puntada de participar en la pejeconsulta telefónica de este fin de semana, seguramente esto fue lo que escucharon:

"SI ES USTED un viejito que quiere agradecerle infinitamente a Andrés Manuel López Obrador su pensión mensual y todos los favores recibidos, presione 1 y no olvide votar por él en el 2006."

"SI UN RAYO de esperanza lo iluminó y apoya que López Obrador sea beatificado, presione 2.

"SI ESTÁ USTED atorado en el tráfico del Periférico y sigue esperando la inauguración del segundo piso, presione desesperadamente el número 3 para que se le baje el estrés. Todos sus votos contarán."

"SI COINCIDE con que nuestro gallo -al igual que Pepe el Toro- es inocente, presione el número 4.

"SI USTED también ve un complot en todas partes no presione nada, porque seguramente lo están espiando. De cualquier forma agradecemos que haya votado en favor de AMLO.

"SI ES USTED Rosario Robles, por favor cuelgue.

"SI ESTÁ de acuerdo en que el Proyecto Alternativo de Nación es la única manera de poner fin a las fuerzas del mal, al innombrable y a cualquier intento de invasión extraterrestre, presione el número 5.

"SI usted participó vestido de blanco en la gran marcha ciudadana contra la inseguridad y ya se dio cuenta de que fue manipulado por la ultraderecha, marque el número 6.

"SI LO QUE quiere es pedir una patrulla porque lo están asaltando, espere al lunes porque en este momento estamos ocupados en otros asuntos más importantes.

"SI lo que usted quiere es, extraña e inconcebiblemente, manifestar su rechazo hacia nuestro candidato, perdón, nuestro jefe de Gobierno, marque la raíz cuadrada de 5 mil 622.

"GRACIAS por participar en la consulta, con su voto Andrés Manuel López Obrador será ratificado en el cargo con más del 95 por ciento del apoyo popular... y eso que no estamos en Cuba".

viernes, diciembre 17, 2004

El verdadero rostro de AMLO

Andrés Manuel: el verdadero rostro

Por: Jorge Fernández Menéndez
Publicado en: Diario Milenio
Fecha: Viernes, 17 de Diciembre de 2004


Nada me ha sorprendido más en este 2004 que la forma en que se ha descubierto la verdadera personalidad política de Andrés Manuel López Obrador. Hasta el 2003 el jefe de gobierno navegaba en varias aguas: adoptaba medidas controvertidas, era notorio que no le gustaba que lo controlaran otros poderes, caía en algunos exabruptos, pero al mismo tiempo trataba de tender lazos a otros sectores, trataba de no romper con otros poderes, se notaba relativamente respetuoso de las críticas, aunque ese nunca haya sido su fuerte. Pero todo cambio desde las elecciones de medio término del 2003, cuando se quedó con la mayoría absoluta en la ciudad, estaba en el cenit de las encuestas electorales para el 2006 y decidió que había llegado la hora de iniciar el asalto final no sólo hacia la candidatura sino también hacia el control, sin oposición, de su partido. Desde entonces López Obrador ha comenzado a mostrar su verdadera cara: la de un político intolerante, necio, quizás sí comprometido socialmente pero que subordina todo a un objetivo: la obtención del poder, un poder que concibe no como una forma de superación de las taras actuales que exhibe nuestro sistema, sino como un regreso a un afortunadamente lejano ya pasado lopezportillista.
Es verdad que durante el 2004 López Obrador ha sufrido un ataque tras otro y que existen adversarios decididos a utilizar todas las armas políticas a su alcance para evitar que llegue al poder en el 2006, pero también es verdad que todas esas armas se las ha proporcionado el propio López Obrador. En apenas un año, el jefe de gobierno ha perdido a su principal operador financiero, Gustavo Ponce Meléndez, preso por corrupción, a su principal operador político, René Bejarano, también preso por corrupción, y acaba de perder a su principal carta para reemplazarlo en el 2006, Marcelo Ebrard derivado de los hechos de Tláhuac. En el camino, ha roto con el poder judicial (el miércoles, demostrando una vez más cómo actúa López Obrador, prefirió reunirse con su equipo de campaña para el 2006, en horario de oficinas por cierto, en lugar de ir, como prácticamente todo el mundo político, al informe de labores del presidente de la Corte, Mariano Azuela); se ha distanciado del legislativo (desde sus oficinas, por ejemplo, se instrumentó la toma de la tribuna para tratar de evitar el desafuero de Bejarano); ha roto con todo un sector del PRD, representado por Cuauhtémoc Cárdenas que tiene más peso del que estima el propio López Obrador; se ha distanciado y enfrentado con los principales miembros del empresariado nacional; ha hecho muchas declaraciones que han lastimado a las fuerzas armadas; se ha burlado de las organizaciones de la sociedad civil que organizaron la mayor marcha de la historia reciente del país exigiendo acabar con la inseguridad. Y obviamente, sigue estando ahí en las encuestas, pero ya ha comenzando el declive, persistente, punto a punto pero constante en las encuestas, mientras que ha logrado que la opinión en torno suyo se haya polarizado hasta tener aproximadamente una mitad del electorado que jamás votaría por él para el 2006.
El mayor de los defectos que ha mostrado López Obrador es la falta de oficio político para aceptar errores, lo que lo ha llevado a entramparse con sus propios dichos una y otra vez. Cuando se divulgó el salario de su chofer Nico, que era prácticamente igual al suyo, salió con que se trataba de su jefe de logística, seguridad y casi asesor político que además conducía su automóvil. Mucho más grave cuando se dieron a conocer los videos de Ponce Meléndez jugando en las Vegas, y de Bejarano e Imaz embolsándose literalmente el dinero que les entregaba Carlos Ahumada: inició una persecución feroz contra éste, pero nunca se deslindó de sus colaboradores e inventó la tesis del complot, en los que fue colocando de acuerdo al momento y la circunstancia a todo mundo, desde el departamento de Estado de los Estados Unidos hasta los medios que no le son afines, encabezado nada menos que por "el Innombrable", Carlos Salinas de Gortari (a pesar de que después formó su equipo de campaña, en un 90 por ciento, por políticos que fueron, todos, cercanísimos colaboradores durante años del propio Salinas) identificado como el responsable de todos los males del país.
Los videoescándalos demostraron el talante, la personalidad política del jefe de gobierno. En lugar de aceptar el error, de deslindarse de sus colaboradores que habían, evidentemente cometido delitos, en lugar de realizar una reestructuración de todo su gabinete para limpiarlo, se atrincheró en él, inventó el complot, no movió a nadie, ni siquiera los evidentemente involucrados o conocedores de lo que estaba sucediendo. Toda la saña fue para sus adversarios, internos o externos. Fue juarista, por lo menos en un sentido: "a los amigos justicia y gracia, a los enemigos la justicia a secas".
Vino después la historia del desacato y su posible desafuero. Paradójicamente, y pese a lo que ha dicho el propio López Obrador, ese episodio lo ayudó porque le permitió colocarse como víctima. Pero eso no puede ocultar que en reiteradas ocasiones, mucho más allá de lo sucedido con el predio El Encino, el jefe de gobierno había ignorado órdenes judiciales y había decidido tratar de jugar políticamente dentro de la propia Corte. Y el poder judicial se cansó. El jefe de gobierno, en lugar de haber aceptado ese fallo desde meses atrás, simplemente, como demostración de poder, lo ignoró y entró en una nueva crisis política.
Argumenta que eso lo han utilizado sus adversarios para golpearlo: es verdad ¿acaso esperaba que fuera de otra manera? Cuando un político comete errores y se exhibe, siempre sus adversarios tratan de sacar partido de ello.
Vino luego la marcha contra la inseguridad y se escribió una de las páginas de mayor intolerancia y falta de autocrítica de López Obrador. Las organizaciones sociales convocantes se convirtieron en agentes de la ultraderecha y en un capítulo más del complot, calificó a los manifestantes, millones que marcharon por las calles de la ciudad, de "pirruris" e ignoró públicamente todas las demandas. Terminó tratando de gestar, al estilo Chávez, contramarchas de autodefensa que terminaron siendo un nuevo ejercicio de acarreo y manipulación. Nunca aceptó que la seguridad debía mejorar.
Vinieron los hechos de Tláhuac. Es evidente que si ocurre un linchamiento de una persona, sea policía federal o el más simple ciudadano en algún lugar de la ciudad, la responsabilidad original de los hechos es de las autoridades locales que están encargadas de garantizar la seguridad de la gente y evitar que se haga justicia por propia mano. La lista de mentiras que han dicho las autoridades capitalinas para justificar su inacción en Tláhuac es increíble y van desde su afirmación de que no habían podido llegar al lugar de los hechos por la "orografía" hasta el cinismo de decir, cuando se exhibió el video que demostraba que desde el principio esas fuerzas policiales estuvieron allí sin hacer absolutamente nada, que efectivamente habían estado, festinar que sí habían llegado y decir que habían hecho lo "humanamente posible" por evitar los linchamientos, cuando las imágenes están demostrando exactamente lo contrario. Una vez más en lugar de aceptar que hubo errores y castigar a los responsables, López Obrador ha tratado de protegerlos, de justificar lo injustificable, con un costo político cada vez más alto en su propia credibilidad.
Finalmente este domingo próximo se iba a volver a inaugurar su principal obra pública: el segundo piso del Periférico. Sería la tercera inauguración pero el retraso esta vez tan evidente en las obras no le permitió hacerlo. Lo cierto es que, pese a toda la faramalla, sólo se construyó, finalmente, la mitad de la obra, la que va de norte a sur y se dejó a medias la vía de sur a norte, se comprometió el GDF a entregarla en julio y no pudo hacerlo, luego en diciembre y tampoco terminó, y ahora no se sabe para cuando se terminará. La responsable de la obra, Claudia Sheimbaum, continúa en su puesto y nadie aparece como el responsable de los retrasos, de la conclusión a medias de la misma, ni del aumento de los costos, que por cierto no se conocen a detalle ni pueden ser auditados. Una vez más, nadie es responsable de lo sucedido. En todo caso, dijo, es culpa del aumento del precio del acero (sic).
¿Cuál es el temor que genera López Obrador de cara al 2006? ¿No hay acaso muchos otros políticos tan buenos o tan malos como él? Por supuesto que sí, hay mejores y hay peores, pero el rasgo de su personalidad política que se exhibió en toda esta historia del 2004 es el preocupante: el de la intolerancia y la no aceptación ni de errores ni de hechos cuando no le son favorables. Y muchos se preguntan ya no si ganará el 2006, sino si será capaz, si no gana porque sus números van en declive, de aceptar su derrota

jueves, diciembre 09, 2004

Rene Bejarano

Al escuchar el audio del nuevo video que divulgó ayer el grupo Imagen de René Bejarano acordando con Carlos Ahumada y la delegada en la Álvaro Obregón, Leticia Robles, cómo colocar a distintos funcionarios en ese ámbito de gobierno y haciendo planes para ver cómo trabajaban en el mediano plazo, al escuchar cómo Bejarano maquina las designaciones desde su celular y le dice a la delegada que simplemente diga que los nombramientos "son decisiones del centro", no queda duda alguna de que, en realidad, lo que hizo Bejarano fue, como se dice en la declaración ministerial de Ahumada que citó esta semana Ciro Gómez Leyva, cobrar y chantajear durante muchos meses, desde que era secretario particular de López Obrador, cobrando, por lo menos unos 12 millones de pesos que, supuestamente fueron a las campañas electorales. Siendo benevolentes se podría decir que en todo caso, no robó para él, "robó para la Corona".

Lo interesante de este video es no sólo que prácticamente no tiene cortes, es una larga conversación prácticamente sin ediciones de más de 15 minutos, realizado después de la toma de posesión de los delegados elegidos en el 2003 y en el cual Bejarano se muestra como lo que es, el operador político que pone y quita funcionarios en las delegaciones, que simplemente se limita a decirle a los delegados que lo hagan porque son órdenes del centro y demuestra, por supuesto, que la operación política que se propone Bejarano con Ahumada es de largo plazo: el video concluye cuando Bejarano se despide diciéndole que tienen que armar un plan para ver como van a seguir trabajando.

Por eso, pese a la verborrea incontenible de Bejarano y la señora Padierna y pese a la protección que López Obrador y Bátiz ejercen sobre el preso más consentido del reclusorio sur, la historia real ahí está, en los videos, allí se comprueba que no existe complot alguno, pero si un acuerdo político dentro del gobierno del DF para utilizar los recursos que entregaba Ahumada, que superaron el millón de dólares en un año, para los proyectos políticos o particulares de Bejarano y, según éste, de su jefe López Obrador.

El video más espectacular, sin duda, es el que todos vimos de Bejarano literalmente embolsándose el dinero en las oficinas de Ahumada. Pero tienen más sustancias otros videos donde Bejarano se explaya sobre temas políticos y su relación con López Obrador. En un video filmado en julio del año pasado, después de las elecciones, Bejarano, sentado en la oficina de Ahumada, le explica a éste porqué no ha logrado cumplir sus compromisos y le dice que "Andrés no se comunica a cada rato...Andrés ya está jugando a ser presidente, entonces trae abierto un frente como dijimos con (no se entiende el nombre), trae abierto otro frente con Carlos Salinas y Madrazo ¿ya sabes, no?". Es Bejarano el que le explica a Ahumada que López Obrador tiene abierto dos frentes, uno de ellos con Salinas y Madrazo. Inmediatamente después le dice que "entonces viene este asunto (aparentemente se trata de lo que le está reclamando Ahumada) y él qué puede decir o hacer, deslindarse, si como quedamos se hace el juicio y lo pierde no es asunto suyo, él ya cumplió". El frente con Salinas y Madrazo, entonces lo tiene abierto López Obrador mucho antes del complot, desde julio del año pasado.

Explica Bejarano más adelante cómo opera López Obrador y su relación con él. "Lo que yo sé que él opera, porque lo he hecho muchas veces con él, es que él corre riesgos pero a veces pacta y deposita en otras gentes la decisión de un riesgo...yo he hecho muchas cosas para Andrés que no cualquiera haría, pero muchas, ni te imaginas, y si me cayeran pues claro que...yo preferiría no decirle muchas cosas, aunque el supone que yo hago muchas cosas. Digo, continúa Bejarano esta larga explicación, él no sabe ni me pregunta porque no tiene para qué ¿cómo le hice yo para financiar...? él bien sabe que yo vivo de mi salario ¿entonces cómo le hice? Y claro, él bien sabe lo que yo hice pues está implícito porque yo era su operador. Si nos caen un día fui yo, no él, claro que le va a pegar a él, pero más a mi". Hasta ahí Bejarano, en esta explicación sobre su relación con López Obrador.

Luego habla del dinero y de López Obrador. Dice que le va a tener que dar una explicación de lo que sea ha hecho: "yo se lo voy a plantear en términos de análisis políticos generales, le voy a tener que dar alguna información en términos de que me has ayudado, le voy a decir lo de Lety (se trata de Leticia Robles, la actual delegada en Álvaro Obregón, donde en el video que se divulgó ayer, se la escucha hablar con Bejarano y Ahumada, para acordar nombramientos en esa delegación propuesto por el empresario y ordenados por el entonces futuro líder de la Asamblea Legislativa). Me tocó (dice Bejarano y habla del dinero) aunque tú bien sabes que todo lo que yo pude administrar, pues no era para mi ¿no?" (entonces, ¿para quién era, para las campañas de su gente?, porque ese dinero no ingresó en ningún momento a las arcas oficiales PRD).

Pero en este mismo video, en su visión completa, Bejarano continúa hablando sobre el futuro. "Esto va a tener que ser, dice Bejarano, una operación política, porque no basta con una reunión que a lo mejor resuelve algo, vamos a tener que hacer un plan, eso es lo que te pienso proponer un plan, si me dejas ayudarte". Y continúa: "un plan político, yo hice uno cuando yo estaba en una situación, guardando las proporciones, similar, a mi me vapulearon (se refiere a cuando salieron a la luz los fraudes en la construcción de vivienda popular y el tema de la leche Betty), hice un plan y no te miento, a cinco años. Yo decidí concientemente no irme al retiro ni nada, replegarme, me replegué cinco años. Y estoy saliendo ahorita, apenas estoy saliendo. Yo era el presidente del partido, iba para arriba y me comenzaron a dar y dar y cometí varios errores, entonces me fui, me fui y estuve cinco años, no sin hacer política, sino como me conociste (o sea que como dijo Rosario Robles, Bejarano y Ahumada se conocían de tiempo atrás, sin intermediación alguna de ella), haciendo política con mucha discreción ¿para qué? Para recuperar. No digo que tú hagas eso, pero si nos ayudamos y nos ponemos de acuerdo vamos a tener que hacer un plan político de varios ejes, en donde Andrés es un espacio, uno de tantos, pero hay mucho que hacer, eso sí es lo que yo sé hacer y de eso vivo, no sé fabricar nada, ni sé cocinar, pero de eso vivo y además sé que es para bien mío, que no es que yo sea un buen samaritano".

¿Qué tiene que ver esto con Salinas (nombrado sólo por el propio Bejarano e identificado como un "frente" o sea como un enemigo con el que quiere confrontarse López Obrador? ¿quién puede creer que en este contexto, como argumenta Bejarano, fue a ver a Ahumada como un simple mensajero enviado, nada más y nada menos que por Rosario Robles (fue por los enfrentamientos con Rosario que Bejarano tuvo que realizar ese "repliegue" de cinco años del que habla)? Por cierto, en el video divulgado por Imagen, al final, Bejarano le dice a Ahumada, que lo que afecta las cosas, lo que le molesta a López Obrador, son las declaraciones de Rosario Robles apoyando a Cárdenas.

Aquí es evidente que hay una relación prolongada, con una intención definida y de largo plazo, como lo propone el propio Bejarano: en última instancia como él dice, eso es lo que sabe hacer "hacer política con mucha discreción", no sabe fabricar nada, no sabe cocinar, pero de esas operaciones "discretas" vive, y no lo hace por ser un "buen samaritano" sino por su propio beneficio. Un hombre que dice que "le tocó" parte del dinero que recibió de Ahumada, pero que lo "administró". ¿No sabía López Obrador de todo esto? Por lo menos en varias oportunidades Bejarano dice que habla "por el centro", que tendrá que hablar con López Obrador, pero también explica, con detalle cómo el jefe de gobierno cuando riesgos "deposita en otras gentes la decisión de un riesgo", por eso, dice Bejarano "yo prefiero no decirle muchas cosas aunque él supone que yo hago muchas cosas, digo, él no sabe ni me pregunta porque no tiene para qué". O sea, que siendo indulgente se podría suponer que simplemente, López Obrador "depositó en Bejarano la decisión de un riesgo", en este caso obtener dinero de Ahumada, y que Bejarano no tenía porqué explicarle cómo hacía para financiar diversas operaciones política o como el propio Bejarano dice "él (Andrés Manuel) bien sabe lo que yo hice pues está implícito porque yo era su operador". Por eso, "si nos caen un día fui yo, no él". Más claro, imposible.

miércoles, diciembre 01, 2004

Lopez Obrador...

No le dio el pésame a nadie por los agentes quemados vivos en la ciudad que gobierna. A 72 horas de la peor tragedia de desgobierno en los últimos años en el DF, él estaba a dos mil kilómetros de distancia haciendo campaña. A las preguntas sobre el tema, mueve el índice y juguetea con “lo que diga mi dedito”. Ese es el centro del problema. Y de los que vienen